Título original: –V for Vendetta
Año: 2005
Dirección: James McTeigue
Reparto principal: Natalie Portman, Hugo Weaving, Stephen Rea, Stephen Fry y John Hurt
¡Buenas de nuevo, queridos cafeteros cinéfilos! Estamos otro jueves más con vosotros para hablaros de la película de hoy: V de Vendetta. Es, sin duda, una de nuestras favoritas y sobre la que teníamos muchas ganas de escribir.
Probablemente, ya la habréis visto, puesto que la película se estrenó hace diez años, allá por 2006, siendo la adaptación cinematográfica del cómic del mismo nombre escrito por Alan Moore (a quien no le hizo demasiada gracia esta película), con la producción de los enigmáticos creadores de Matrix. Si rebuscáis en vuestra memoria quizá os suenen las siguientes palabras:
“Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora para evocarla sin dilación”.
Como siempre, ojo a ínfimos spoilers, cafeteros, si no habéis visto la peli o no sabéis de qué van los cómics. Muy mal, por cierto, ¡id a verla ya! ¡Venga, desfilando que os vea!
En los primeros compases del film observamos que nos encontramos en una sociedad futurista, “post nuclear” en la que se ha instaurado un régimen político de carácter totalitario. Los colores oscuros y las sombras que ambientan las escenas ayudan a crear ese escenario absolutamente controlado hasta el más mínimo detalle. De hecho, algunas escenas son un guiño manifiesto a regímenes fascistas europeos, por ejemplo las escenas de los “meetings del partido” y los campos de concentración.
Se nos plantea una actualidad en la que la opresión de los ciudadanos es mayúscula, sumiéndolos en una profunda debilidad ante situaciones extremas en las que, lejos de rebelarse, asumen presas del miedo. Un miedo que al que se induce enérgicamente por parte de los gobernantes y afines desde los medios de comunicación en los que supuestos “líderes mesiánicos” sueltan perlas como: “Fuerza a través de la unidad. Unidad a través de la fé”. Como comentásemos en su día con “La Purga”, en este film volvemos a encontrarnos con la figura de líder político cuyo discurso se adereza con grandes tintes religiosos.
Sin embargo, ante tan desolado escenario, un justiciero (bastante vengativo, podríamos decir, después de todo se autodenomina “V, de Venganza”) se cuestionará hasta qué punto debe temer el pueblo a sus gobernantes y no al revés; hasta qué punto deben aguantar ese control mayúsculo de todos los aspectos de su vida, de los abusos por parte de las fuerzas de seguridad, de ser esclavos del miedo, de mirar impávidos cómo se cometen injusticias y atrocidades a sus vecinos a diario y, por supuesto, del poder de los ideales (“las ideas están a prueba de balas” nos dice V) y de cómo éstos pueden cambiar las cosas.
A partir de este momento, nos embarcaremos en la historia en la que nuestro justiciero no sólo luchará (literalmente, pues “V” cree que la violencia y la tortura es el medio para conseguirlo, baste recordar que dinamita el Parlamento y “secuestra” a Evey en un momento dado) por derrocar el régimen impuesto ávido de una anarquía que desestabilice al Estado y mueva conciencias (“eso es precisamente lo que quiere, el caos” se dice en la película), sino que en ese camino descubrirá un sinfín de sentimientos con los que no contaba.
Como habitualmente, os invitamos a reflexionar con nuestras entradas peliculeras y en esta ocasión no iba a ser menos. A continuación, y en consonancia con el argumento que se nos plante, os dejamos las siguientes cuestiones por si os animáis a pensar sobre ellas y a dejarnos algún comentario: ¿Es buena idea permanecer impasible y callado aún pensando otra cosa porque nos conviene? ¿Es preferible un régimen de este tipo en el que las libertades están sumamente coartadas ante la anarquía que nos plantea “V”? ¿Es posible el cambio sin dolor ni trauma o, por el contrario, ha de ser así y usar la violencia para que éste triunfe?
Nos vemos en la próxima entrada, cafeteros cinéfilos. ¡Sed buenos!
Un café y dos claquetas blog 
Me dijeron que no viera esta película si no habia leido el comic porque me llevaria una decepción. No soy de comics pero he visto la peli y me ha gustado, entretenida y todo un clásico, y eso que ya tiene su tiempecillo.
De hecho recuerdo que está llena de grandes frases, la que mas recuerdo: «Recuerdo que diferente pasó a significar peligroso».
Saludos a los autores del blog 😉
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Buena película, el problema es compararla con el cómic, claro, Alan Moore es demasiado especial para llevarlo al cine sin perder por el camino. Sin embargo la cinta es digna per se, incluso si no existiese el cómic previo.
Con respecto a la última pregunta: en mi opinión no, no es posible el cambio sin trauma, desgraciadamente, jamás en la historia los poderes de facto han caído sin derramamiento de sangre.
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Ésa es la clave en mi opinión, la película tiene mucho magnetismo por sí sola, cuenta su propia historia cuyos orígenes son del cómic, claro, pero adaptado a un universo cinematográfico. ¡Gracias por el comment! 🙂
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Como nos gusta tener comments, ¡gracias Álvaro! Efectivamente, el cómic o «novela gráfica» es muy bueno. Alan Moore es uno de los grandes y tuvo serios problemas porque opinaba que esta película adquirió tintes demasiado políticos y que se varió la esencia de lo que él escribió. No obstante, comparto la opinión de las grandes frases (y discursos) en boca de V 🙂
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